Me he parado en mitad de la calle, estaba lloviendo y por mi rostro caía una lagrima, cogí el móvil y te llamé, lo cogiste y dijiste "hola", con esa única palabra, tan solitaria que salía de tu boca hiciste que sonriese como nunca y que de mis ojos callasen lagrimas, lagrimas de sangre.
Mi corazón gritaba tu nombre, pero no obtenía respuesta, ni siquiera un "olvidate de mi" o un "no te quiero", solo había silencio. No escuchaba el ruido de los coches, no escuchaba el ruido de las gotas de lluvia al caer, no escuchaba las voces de la gente que estaba a mi alrededor con cara de preocupación preguntandpme "¿estás bien?", no sentía el calor que tu me dabas, no sentía compañía, no sentía amor, no sentía amistad, sentía soledad.
Ese día sentí que todo se habia acabado, que tu amor hacia a mi se habia esfumado con el cigarrillo del olvido que tenia un efecto eterno; y yo me fumé el cigarrillo de la soledad.
Ahora pienso, ¿quién fué el culpable de todo esto?¿fuí yo, o tal vez tu?.
Pienso como me pude enamorar de ti, si eras un extraño, pero así fué.
He comprendido con todo esto el verdadero valor del amor, he aprendido que el amor no siempre puede ser perfecto, que el amor es solo amor.
Después de todo lo que sufrí, después de todo lo que lloré, reviví.
Entonces comprendí que las lagrimas no podían hacer que alguien que ya no te quiere vuelva a quererte. Comprendí que ni el tiempo, ni la distancia borraran las palabras que un día nos hicieron soñar.
Cada día deseaba que me llevaras muy lejos, que me cogieses de la mano y me llevases a un lugar donde solo estuviésemos tu y yo, un lugar donde no dependiésemos de la hora ni el momento, pero me desperté y descubría que era un sueño.
Llegué a la conclusión de que enamorarse es fácil, permanecer enamorado es un desafío, dejar ir es lo mas difícil y seguir adelante, es un triunfo.
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